LA DEPRESIÓN INFANTIL Y ADOLESCENTE
La depresión puede estar presente en adultos y en niños, en estos últimos a veces es más difícil de detectar.
En los más pequeños es más complicado ya que los síntomas varían según la edad y el nivel de desarrollo del niño
Mientras que en un adulto el estado de ánimo depresivo se puede percibir, diagnosticarla en los más pequeños es más complicado ya que los síntomas varían según la edad y el nivel de desarrollo del niño. Por ejemplo, quejas sobre molestias físicas, agitación, ansiedad y temores se ven más a menudo en niños más jóvenes. Los adolescentes, por otro lado, son más propensos a exhibir una conducta antisocial e inclinada al debate y a la argumentación, y a demostrar inquietud e irritabilidad.
Los niños pueden comunicar o mostrar sentimientos de infelicidad, tristeza, desaliento o irritabilidad, pero la mayoría de los niños se recuperan rápidamente de estos estados de ánimo.
Los niños pueden comunicar o mostrar sentimientos de infelicidad, tristeza, desaliento o irritabilidad
Cuando la depresión es grave, interfiere significativamente con las actividades de la vida diaria (por ejemplo, en la escuela, la vida social, las relaciones familiares, etc.). Una depresión mayor se diagnostica si el niño presenta un estado de ánimo depresivo o irritable y/o falta de interés o placer en casi todas las actividades por un período de, por lo menos, dos semanas.
Las niñas son más propensas que los niños a sufrir de depresión durante la adolescencia y la etapa adulta. La depresión y el riesgo de suicidio que la acompaña aumentan significativamente durante la adolescencia.
El National Association of School Psychologist de EE.UU ha publicado un documento dirigido a los papás y mamás para ayudarlos a detectar más rápidamente si su hijo padece o no depresión y así poder acudir a un profesional lo antes posible.
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