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Investigadores de la Universidad de Granada analizan el impacto que tienen tanto la actividad física como el sedentarismo en la salud mental de los jóvenes y destacan la necesidad de identificar hábitos saludables desde la infancia para prevenir trastornos como la depresión o la ansiedad.

Un equipo de la Universidad de Granada aborda la investigación desde la revisión sistemática de 114 artículos realizada y en el marco de las consideraciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha recalcado que la salud mental es crucial para el completo bienestar de las personas y las sociedades.

La actividad física podría mejorar la salud mental de los jóvenes

La investigación ha tenido en cuenta un contexto social marcado por ritmos cada vez más sedentarios, con uso a veces excesivo de pantallas y una reducción de actividades al aire libre y de prácticas deportivas, una combinación de datos que repercute en la salud mental de los jóvenes.

El grupo de investigación Profith ha abordado este proyecto de meta-análisis publicado en la revista Sports Medicine para determinar la influencia de la actividad física y el sedentarismo en la salud mental de menores de entre 2 y 18 años.

La autora principal del estudio, María Rodríguez Ayllón, ha destacado en un comunicado que la actividad física podría mejorar la salud mental de los jóvenes.

Aunque el efecto parece relativamente pequeño, podría ser mayor en intervenciones bien diseñadas y enfocadas a satisfacer las necesidades de los jóvenes, que promuevan que se diviertan y les hagan sentir que son «físicamente competentes».

Algunos de los posibles mecanismos a través de los cuales la actividad física podría mejorar la salud mental de los jóvenes son los cambios en el cerebro, como el incremento de capilaridad y flujo sanguíneo, o la liberación de endorfinas y el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF).

El impacto negativo en la salud mental del sedentarismo responde a que se trata de comportamientos que generalmente se realizan en solitario

Al mismo tiempo, el estudio sugiere que hay que sumar mecanismos psicosociales como el apoyo social que proporciona pertenecer a un grupo a estas edades.

«Con respecto al tiempo que los niños y adolescentes pasan sentados, específicamente haciendo uso de la pantalla, observamos que mayores niveles de sedentarismo se asociaban con mayores síntomas depresivos, así como con una peor satisfacción con la vida y felicidad«, ha añadido Rodríguez Ayllón, que ha abogado por investigar el impacto exclusivo de los videojuegos según su tipo.

Los responsables de la investigación han recalcado que el impacto negativo en la salud mental del sedentarismo responde a que se trata de comportamientos que generalmente se realizan en solitario y eso incrementa el sentimiento de soledad y aislamiento.

Además, el sedentarismo suele estar acompañado de comportamientos como el consumo de comida rápida, también dañina

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